(En este dialogo intervienen dos sujetos)
- •¿De que tienes miedo?
- • Esa no es la pregunta adecuada. Mas bien a quien temo.
- • Esta bien ... entiendo ¿entonces a quien temes?
- • Es a ti a quien temo, es a tu compañía, a tu llegada imprevista, pero sobretodo, temo a la fatalidad de tu mirada.
- • ¿Por qué temes a quien apenas conoces?
- • No solo te temo, también te odio, te odio tanto que no tienes idea. Pero lo extraño es que te detesto y a la vez “te amo”.
- • ¿Por qué me odias?¿Por qué me odias tanto?
- • Te odio por llevártelos a todos o casi todos me arrebatas mis amores, mis hijos, nietos, hasta mis padres me dejaron por ti, todo me lo quitaste. Solo me queda mi propia vida, y aun asi preguntas por que te odio. Como no odiarte, como no detestarte, “como no tratar de evadirte”.
- • Sabes bien que no puedes evitarme, tarde o temprano, te visitare. Tal vez retraces mi llegada, pero se que me esperaras en mi ausencia y cuando ya estés cansado de esperar vendré por ti. “vendré por que se que me necesitas”. “Todos me necesitan”.
- • Yo no te necesito; yo no te quiero. Vete y no vengas mas; nunca mas.
- • No sabes lo que me pides, mejor calla y dime algo: ¿Duele mucho?
- • No te entiendo, no te comprendo, que puede dolerme si no me pasa nada. Solo tu me afliges, solo tu me dueles. Vete, vete ya.
- • Entonces no ha dolido. Me alegra saber que no has sufrido. Eres afortunado, sabes ¡muy afortunado!.
- • ¿Afortunado?. No entiendo entonces mi fortuna. No hay nada que tenga que otros no posean, incluso lo que soy no me produce gracia ni orgullo alguno.
- • Como te va a producir gracia lo que no eres y orgullo “lo que dejaste de ser”.
- • Todavía soy yo; todavía me tengo.
- • Para ellos no eres nada mas que una caja llena de huesos, no eres mas que un recuerdo, una imagen destinada a olvidarse. ¡No sueñes mas! Despierta que ya estas muerto.